Descubre por qué el hormigón celular está transformando el sector de la construcción. Te mostramos sus beneficios más destacados y cómo aplicarlo correctamente en tus proyectos.
¿Qué es el hormigón celular?
El hormigón celular, también conocido como concreto celular o HCCA, es un material de construcción ligero formado por una mezcla de cemento, cal, arena, agua y un agente espumante que genera millones de pequeñas burbujas de aire en su interior.
Gracias a esta estructura, se obtiene un bloque con excelentes propiedades térmicas, acústicas y de resistencia al fuego, lo que lo convierte en una alternativa innovadora frente a los sistemas tradicionales de cerramiento.
A diferencia de los materiales convencionales, el hormigón celular combina capacidad portante y aislamiento, eliminando la necesidad de incorporar capas adicionales de aislamiento térmico o acústico. Esto se traduce en una construcción más limpia, rápida y eficiente.
A diferencia de los materiales convencionales, el hormigón celular combina capacidad portante y aislamiento, eliminando la necesidad de incorporar capas adicionales de aislamiento térmico o acústico. Esto se traduce en una construcción más limpia, rápida y eficiente.
Aislamiento térmico y eficiencia energética
Una de las principales ventajas del hormigón celular es su capacidad de aislamiento térmico natural.
Las microburbujas de aire actúan como una barrera que reduce la transmisión del calor, manteniendo temperaturas interiores más estables y disminuyendo el consumo energético en climatización.
En proyectos residenciales, esta propiedad se traduce en viviendas más confortables y con menor gasto energético. En edificaciones industriales o de gran formato, supone una mejora significativa en el rendimiento energético global del edificio, cumpliendo con las exigencias actuales de eficiencia marcadas por la normativa europea.
Ligereza y rapidez constructiva
El hormigón celular es hasta un 80 % más ligero que el hormigón tradicional. Esta ligereza facilita su manipulación en obra y reduce las cargas sobre la estructura, permitiendo optimizar cimentaciones y disminuir tiempos de ejecución.
Además, al ser un sistema de bloques de alta precisión dimensional, los muros se montan con una junta fina de mortero cola, lo que asegura superficies lisas y un acabado uniforme sin necesidad de grandes espesores de enlucido.
El resultado: obras más limpias, rápidas y con menor generación de residuos.
Resistencia al fuego y seguridad
Otro de los atributos más destacados del hormigón celular es su incombustibilidad.
El material se clasifica con Euroclase A1, la más alta en el estándar europeo, lo que significa que no propaga la llama, no desprende humo ni gases tóxicos. En caso de incendio, actúa como una barrera eficaz que protege la estructura y retrasa la propagación del fuego.
Esta característica es especialmente valiosa en proyectos residenciales, edificios públicos y naves industriales, donde la seguridad y la protección de las personas son prioritarias.
Sostenibilidad y confort
El hormigón celular es un material 100 % mineral, reciclable y con una huella ambiental reducida.
Su capacidad de aislamiento permite disminuir el consumo energético a lo largo de la vida útil del edificio, lo que se traduce en una menor emisión de CO₂ y en un entorno más sostenible.
Además, al mejorar las condiciones térmicas y acústicas interiores, contribuye directamente al bienestar de los ocupantes, uno de los pilares de la arquitectura del confort que promueve Hormicel.
¿Quieres saber cómo aplicar el sistema Hormicel en tu próximo proyecto?
Contacta con nuestro equipo técnico y descubre todo lo que el hormigón celular puede aportar a tu obra.